Fueron niños, acompañados por adultos que escucharon su dolor, los que hicieron visible el reclamo y promovieron el imprescindible ejercicio de reflexión. Con acciones que nos alejan de las voces estigmatizantes de los grandes medios de comunicación y nos permiten ver los niveles de violencia que padecen a diario nuestros pibes. Las calles de tierra fueron testigo de los carteles que se colgaron en los postes de luz con la figura de Ezequiel, del pedido de justicia, de los ojos con lágrimas por la impotencia y la rabia contenida que expresa la pérdida de un amigo.
Adolescentes de un barrio humilde de Moreno marcharon, llegaron al lugar donde mataron a Ezequiel con aerosoles, afiches, volantes y el sonido de la murga. Así enseñaron a los vecinos que la solidaridad es práctica y que la injusticia siempre recae sobre los más humildes.
Desalambrar estuvo en el lugar y dialogó con Raúl Rodríguez, papá de Ezequiel. Es albañil, todos los días busca fuerzas para seguir caminando, para cuidar a sus cinco hijos y a su compañera de vida que pelea contra una fuerte enfermedad: “Ellos no estaban haciendo nada malo, estaban caminando por ahí, no sé qué le gritaron, pero el guardia de seguridad salió y disparó. Le pudo pegar a cualquiera de los chicos. El disparo fue con un arma casera. Según me dijeron sigue detenido, pero otros comentarios del barrio dicen que ya lo largaron. Mi señora no quiere nada, somos pobres, no queremos plata, queremos justicia”.
Desde temprano los amigos de Ezequiel se juntaron en la casa de un integrante de la murga para preparar los carteles que recuerdan a “El Tete”, los mismos que después fueron colgados en los postes de luz. Son adolescentes de 14, 15 y 16 años que le pusieron palabras a la indignación: “Era un pibe de barrio, amigo de nosotros, era re copado, era alta segunda, siempre estaba con nosotros”.
¿Qué pasó el día del asesinato?
Pasamos por 2 de Abril y doblamos justo en la calle que da a la puerta del laboratorio. Nos siguieron un par de perros que empezaron a ladrar. Cuando miramos para atrás para ver qué había pasado nos habían tirado un tiro. Salió un tiro de adentro, a cualquiera le podría haber pegado.
¿Cómo manejan la bronca, la impotencia?
Ahora tranquilos porque nos pidió la familia. Queremos saber qué pasa con el de seguridad, si queda preso o no.
¿Ustedes lo conocían? ¿Era del barrio?
Se llama Sergio Soria pero del barrio no era. Los de seguridad no pueden tener arma. El no puede disparar así, el pibe no estaba robando. Los pibes tiraron una piedra a los perros porque estaban atrás.
¿Sienten que la policía los persigue?
Si, después que pasó eso iban todos para mi casa. Van golpean. El otro día corrieron a un pibe y los policías estaban re duros, tomando merca. Lo pararon en frente a la casa del pibe que falleció. Los policías nos conocen, el día que volvimos del cementerio fuimos al laboratorio y unos que estaban en un patrullero nos dijeron que había plomo para todos.
Sebastian Bazán es parte de la murga del barrio e integra el espacio de lucha territorial Río Bravo. Explicó porque decidieron impulsar una jornada de difusión y visibilización sobre la criminalización de la niñez con el lema Debajo de cada gorra hay unx pibx su historia: “Es una cuestión que se repite en todos los barrios del Conurbano, donde todos los días caen pibes muertos en manos de la policía, de las bandas narcos o simplemente por gente que no tiene valor por la vida. Es importante poder empezar a visibilizar lo que nos pasa en los barrios, lo que le pasa a los chicos porque son niños y vemos como es sistemático la construcción de esa imagen que dice que los pibes son chorros, son drogadictos, cuando en realidad nuestros pibes son los que están en peligro porque se termina su vida a corta edad como paso con Ezequiel”.
Hoy hablé con los amigos de Tete ¿cómo hacen para contenerlos?
Primero ponerse desde un lugar de iguales y hablarle desde la misma necesidad que es el pedido de justicia que es lo que entendemos que hay que hacer. Entablar un diálogo, pensar juntos intervenciones, a los pibes lo primero que le surge es organizarse e intentar resolver desde la forma que saben, muchas veces los que estamos organizando vamos haciendo un aporte a eso. Pero son ellos los que nos motorizan. Ellos son los que arman esténcil, los que arman el volante que hoy están repartiendo, ellos escribieron y le dieron el formato, pintaron banderas y quisieron ir a señalizar donde mataron a su amigo. Lo que nosotros hacemos es no darle la espalda, que es lo que hace el conjunto de la sociedad.
¿Observan una persecución hacia los chicos?
No lo vemos tan claro como una persecución. Vemos que todavía no llegó a nuestro barrio como recrudeció en otros lugares. Lo que observamos es que cuando los chicos van a Moreno son los primeros detenidos por la Policía Local. Les hacen llenar una planilla con sus datos o les piden el documento. Los paran por portación de cara. En el barrio particularmente se ve que las intervenciones de los policías son bastantes violentas, vienen con un nivel de consumo excesivo porque los vemos drogados y eso se vuelca en prepotencia hacia los chicos y los pibes al no tener forma de defenderse o intervenir, lo primero que les sale es hablarle como a la maestra de la escuela y los enfrentan. Acá la policía tiene la potestad de verduguearlos, levantarlos, de hacer lo que quieran, cuando sabemos que son todos menores.
¿Judicialmente hay alguna novedad?
Sabemos que Sergio Soria estaba detenido en la Comisaria de Catonas, cuando tuvimos vista de la causa. Lo que charlamos con el abogado es que es necesario visibilizar el caso para que no quede impune y este lunes nos vamos a estar juntando con gente de la Dirección de DD.HH del Municipio que nos van a poner en contacto con la fiscalía para que nos dé un pantallazo de la situación. Estamos viendo algunas cuestiones de manejo de la fiscalía que nos parecen incorrectas porque el fiscal trata de interpretar lo que dijo el asesino. Plantea en la causa que Soria se vio amedrentado porque había un grupo de chicos dando vuelta y tirando piedras, pero la declaración de Soria no está escrita. Es la construcción de un fiscal acerca de que le tenía miedo a esos pibes.
Fuente: http://desalambrar.com.ar/Ezequiel-Obregon-Presente
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